lunes, 21 de mayo de 2012

Ensayo Sobre la Soledad (Xopancuícatl)


Héctor Hugo Escutia Cuevas

“Sones de un Latino Promedio”

©Editorial Revista Katarsis

Toledo, España





La noche plagada de estrellas

viendo el cielo nocturno, descomunal

bóveda eterna, incalculable

en la abierta intimidad del volcán.





Subiendo por los acantilados

viento aullante, atroz, recalcitrante

invisible en la oscuridad intensa

calcinando el hueso y la carne.





El silencio atronador del monte

follaje nocturno, abismal

tenebroso, umbrío, enigmático

oculto, imperceptible inmensidad.





Y yo estoy sólo, sin más

henchido de soledad

enviciado de mi sola presencia

muy lejos, en el último lugar.





El viento corre y cambia

se transforma en hielo

deshace el espíritu

quema la piel en pleno.





Imperante desesperación

ya intolerable soliloquio

desesperado estoy de mi soledad

harto de mí mismo

de mi soberbia gastada

de mis propios cuentos

teniendo tanto, y a la vez nada.





Sumido en la total penumbra

vacío de porvenir,

pasando los días lúgubres,

otorgando la vida al azar

y al constante devenir.





Y aquí es donde te espero,

con la helada yerba del monte

tibia mañana, fresco amanecer

impaciente de tu llegada,

impaciente de ti, mujer.





Montaré un asiento en lo oscuro

en el lugar más distante

del mundo, de la sociedad;

en un lugar que será nuestro

me sentaré, paciente, a esperar

a que ilumines el panorama

con tu vida, con tu bello andar,

y hacer de ese inhóspito lugar

un bello jardín, majestuoso solaz

donde vivas radiante

en la abierta intimidad del volcán.


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