martes, 2 de agosto de 2011

A Salvador Allende (Icnocuícatl)


Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España



“Este es el árbol, el árbol
del pueblo, de todos los pueblos
de la libertad, de la lucha”
PABLO NERUDA

Antes, y después de ti
solo hubo dictadura
represión, matanzas
hastío, autoritarismo;
solo oscurantismo
cínica explotación
desmedida,
abuso tras abuso.


Para el trabajador
todo era desértico
como el Atacama
todo era arena seca
infértil, calcinante
guerra y represión,
estéril política
manejada por pocos
proveedora de bonanzas
a cuenta-gotas
para otros.


Y, repentinamente
como la luz del amanecer
como la niebla del bosque,
cual ráfaga borrascosa
la llama se expandió
e inundó el panorama…
todo cobró luz y vida

Llegaste tú, flamigerante
cual lluvia al arroyo;
llegaste y te expandiste
como pan al pueblo,
como agua en tierra seca.


“Tú te salvas, Salvador
de voz como machete,
voz de fiero defensor
voz que defiende a su gente”.

“Fuiste cátedra y fuiste lucha;
fuiste trabajo y revolución
fuiste médico, humano,
fuiste verbo, patria, exaltación”.


El fuego ya nunca se apagó
ardió intensamente
en todo el continente,
era la hoguera divina
la hoguera del cambio
era la Revolución
¡La Revolución Socialista!


A manos llenas te recibieron
tu pueblo, tu patria
con mil banderas rojas;
luchador de mil trincheras,
envolviéndote en su halo
adoptándote como estandarte…


“Hombre de fiera palabra
de discurso libertador,
del Arauco al Anáhuac
resonaste tu verso, Salvador”.


Flores y canciones llegaron contigo
en tu Arauco todo era trabajo
todo era lucha, orgullo;
paraíso socialista
igualitario y justo,
fiel representación tuya.


“Como un padre, como un león
a tu patria te entregaste,
en cada discurso, en cada acción
que en ella enarbolaste”.

“Tú te salvas, Allende
intelecto libertador,
intelecto de tu gente”.

“Tú te salvas Allende,
en la América multicolor
tu evocación prevalece”


Pero todo lo perfecto
en América Latina
es fugaz, intermitente…


Siempre, siempre
la muerte rastrera
acecha desde el norte
como buitres se hacinan
los imperialistas del norte;
no buscan nada, solo muerte
solo dinero y más dinero
rapiñas del capital;
y por ello, te consideraron amenaza
a sus pútridos intereses
no deseaban revoluciones,
solo deseaban capital.


“Hasta la muerte te entregaste
a tu oficio de libertador;
y hasta el último respiro conservaste
tu congruencia, tu impulso socialista
tu afán igualitario, tu afán renovador”.


Y en tu último Septiembre
encuartelado…
sólo, contra el mundo
y más duro que nunca
en el Palacio de la Moneda,
con un casco y un fusil
les hiciste frente, Salvador…

y creyeron haber acabado todo…

te pensaron muerto…

lo sucedido no fue un final
fue prólogo, continuidad...


“De tus restos aún brotan flores:
son gritos, reclamo, son poesía;
son la voz popular, son dolores,
flores de queja, flores de elegía”.

“Sólo nos dejaste orgullo,
orgullo de raza cósmica, de luz;
una estela latina de luz radiante
orgullo que va de norte a sur”.

“Tú te salvas, la historia te exime,
te vuelve recuerdo eterno y bravo;
tú perduras en el cobre que exhibe
el talento latino inmenso y esclavo”.

“Tú te salvas, Salvador
de voz como machete,
voz de fiero defensor
voz que defiende a su gente”.