jueves, 23 de junio de 2011

"Xochitlachipanca" (Xochicuícatl)



- Que el creador de todas las cosas te conceda fortaleza, permanencia y vida; que nada te entristezca. Crece, date a querer; el creador te envió a la tierra no sólo a caminar, no sólo a pasear. -

- Has de ofrendar tus flores al creador de todas las cosas. Mañana o pasado, conforme vayas creciendo, le darás una florecita. -

-Ya estas creciendo. Crece, para eso te han enviado a la tierra. Has venido a ofrendar tus flores aquí en la tierra, en los pequeños pies del creador. -

- Crece, date a querer, que nada te entristezca, que nada te preocupe. Se te nombra: ofrendador de flores. -




Fragmento del discurso del Tlamatini
Fiesta del Xochitlachipanca
Zongolica, Veracruz.




martes, 21 de junio de 2011

Monoteísmo (Teocuícatl)



Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España


“Xochiquetzal, eres tú mi dualidad
mi bella diosa de cantos
somos pura dialéctica,
nosotros…”


Eres fértil y húmeda
tú y la tierra son mi verdad;
en la tierra crece la hierba, que nutre
y en tí, el deseo, el amor, emerge.


Tu carne, trémula, invita a ser preñada
único templo que desea ser profanado
deseas que replete de semen tu sangre
que llene tu aroma de sudor,
siempre deseas el alborozo total
de mi carne dentro de la tuya.


Diosa de 2 piernas
colosales eminencias de carne y de hueso,
potentes prensas de placer
finos atlantes de tu altar
que esconden, entre músculos,
una deliciosa corola de vida,
reservada, solo para mí.


Eres la diosa de la verdad
creo en tu cuerpo,
creo en las palabras tuyas
en el viento que dejan en mi oído,
tú eres la diosa ubicua
de todo este universo mío.


Evocación de la tierra
de las flores, de la vida;
Holocentrismo de mi existencia…
Hagamos el amor… ¿te parece?

Verde Color Sangre (Xopancuícatl)




Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España


Apreciando tu rostro fijamente,
en plena vicisitud, sin obstáculos;
observándonos frente a frente,
creando nuestras miradas.


Hojas de primavera, uvas, manzana,
húmedo pasto, yerba mojada;
tus ojos son verdes,
un verde distinto al esmeralda.


Un verde que no solamente se mira,
un verde que al cerrar los ojos
a la oscuridad vuelve cetrina,
un verde misterioso e implacable
que grabado en la sangre termina.


Lo veo en sueños hasta amanecer,
en el parque a media noche,
en las calles desiertas eternas
en mis tardes a pleno desfallecer.


Hojas de primavera, uvas, manzana,
húmedo pasto, yerba mojada;
tus ojos son verdes,
un verde distinto al esmeralda.


Un verde sin alguna denominación,
aceituna, sinople o glauco tal vés;
color de mi renaciente imaginación,
un verde sensible e invisible
que da forma a mi fascinación.


Es un verde de tonos absolutos
que va de tus ojos a mis ojos,
y de tus ojos a mi alma,
observándote, observándonos,
frente a frente, sin obstáculos,
creando nuestras miradas.


Hojas de primavera, uvas, manzana,
húmedo pasto, yerba mojada;
tus ojos son verdes,
un verde distinto al esmeralda.



lunes, 20 de junio de 2011

Ensayo De Un Sentido Adiós (Tlaocolcuícatl)




Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España


Todo el cielo había ya oscurecido
y tus ojos relucían, húmedos
dando vida inmensa a cada rayo
de luz filtrada hacia tu rostro.



En todo este día nos gozamos bajo al sol
un sol amargo para nosotros
que sabía a caricias de nostalgia
desproporcionadamente derramadas



El sabor del beso era fervor, intenso
concentrado de ti
sabía a tu sentimiento vertido
cada beso sabía a lágrima



Ese día besabas y mordías
sin límites, sin contención
querías vivir mil años
en cada beso te destrozabas
inmediatamente te restaurabas
y te volvías a desvanecer
y el ciclo parecía eterno e incansable.



Cada abrazo tuyo era un preludio
un simulacro de muerte
te otorgabas, delirante
a mis brazos fervorosos
y te quedabas en ellos
curando el frío del adiós.


Yo te abrazaba firme, sereno.


Y tus lágrimas corrieron
en tus ojos despintados
tristes ojos de niña
sintiendo el abandono,


Yo solo observaba, resignado.


Y tus lágrimas cubrieron tu facción
yo solo observada, ecuánime
una niña que lloraba el corazón.


Mientras caminabas al portón
levantando tu mano blanca
con el rostro impregnado de sal
me dijiste adiós
Y no paré de llorar...

jueves, 16 de junio de 2011

Infinito (Cuecuechcuícatl)



Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España


Del sexo
al pecho
hay mucho trecho.


Nocturno en la Ciudad (Nahuallahtolli)



Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España




Es el viento frío,
unas cuantas gotas
deslizando en el cristal,
y el olor húmedo.


El poniente se cubrió
de nubes lluviosas,
sonoros truenos,
abruptos rayos;
causando estruendo,
conjugados,                 tormenta.


El agua en el pavimento,
sucios charcos,
pequeños canales,
arrastrando, secuestrando
al polvo hecho lodo;
lodo negro,
fluido lodo y basura,
paseando
por toda la avenida.


El cielo permanece incierto,
oscuro, morado/negro,
no exhibe estrella alguna,
tampoco nubes,
menos aún la luna,
solo un vidrio empañado.


De los árboles,
con sus ramas y hojas,
oscuras, verde/negro,
vencidas, debilitadas,
que ven al suelo,
que solo ven concreto;
aun caen gotas,
una a una,
deslizando,
en cada hoja,
caen al concreto,
sonido acuático,
olor a ciudad.


Aún la calle está desierta,
no hay nadie,
o eso simula.
Es un pandemónium:
ratas, perros, cucarachas,
por todos lados;
solo se aprecian
sus oscuros lomos,
sus húmedas conchas,
pasando en silenciosa,
rápida marcha,
debajo del faro.


Aquí las noches no son oscuras,
del todo;
millones de focos,
por toda la ciudad,
luz artificial,
una tras otra,
cubren el horizonte;
más allá
también hay luces,
y más allá,
y más allá.


Aparentemente,
silencio;
pero en una ciudad,
esa es solo idea;
zumbidos de cables,
insectos chocando
aleteando en los faros,
un grito aquí,
un sonoro motor allá.

Hoy llovió en la ciudad.



domingo, 12 de junio de 2011

El Cisne y El Lago (Tlaquetzalli)




Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España




Estaba un lago solitario,
triste e inamovible,
mirando al cielo recién iluminado
temprano en la mañana;
cuando se percató,
que allá, muy alto,
un cisne precioso volaba.



Y todos los días
el cisne muy lejano pasaba,
mientras en el lago,
un nenúfar floreciente brotaba.



Aquel lago decidido
de atraer al ave a sus costas
hizo lo imposible
para que de sus fondos
germinaran las flores más hermosas.



Un día el cisne voló un poco bajo
y al fin se decidió a beber un momento
y a nadar tan contento,
que al lago olvidado
mil sentimientos atrajo.



El cisne se volvió rápido musa de sus letras
y mil poemas a éste lago inspiró,
transformando a aquel ilusionado charco
en uno más de sus innumerables poetas.

Allegro en Blanco (Xochicuícatl)




Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España



Mujer de fino alabastro,
con el más aromático acabado,
tus ojos, como lunas caobas,
difuminándose
con las blancas estrellas del universo,
me observan, desde lejos,
en mis noches solitarias.


Tu piel, nítida y clara
como el alcatraz y el clavel
es la entrada de tu inmensidad,
la puerta blanca a tu infinito
un cosmos nacarado
guardado celosamente
suntuosamente reservado
ostentoso, espléndido, idílico.


Observa, dentro de mis ojos
solo verás mariposas blancas
volando entre nubes de algodón,
verás crisantemos y orquídeas
corolas de olivos
todas varadas en arena de sal y conchas,
y decorando
un bucólico mar caoba.


Adéntrate en mi alma
que primero te sintió como el marfil
dura e impenetrable,
que poco a poco fue viendo tu realidad
de tierna gaviota
flotando elegantemente con el viento,
y advertirás en sobremanera
como me gustan tus blancas colinas
tus mejillas, tus caderas
tus senos, tus rodillas
unidas a mis labios.


Sin mas revuelo…
Eres, en resumen, blanca
como una escultura en mármol
terso y maleable mármol
como el pétalo de una rosa blanca
brillante y energética, mineral
como el cuarzo bajo la luz lunar,
cálida, y fina
como una prenda de seda en las noches de verano.


Y así, blanca belleza,
me gustas,
Mucho…

martes, 7 de junio de 2011

Muerte Puta (Nahuallahtolli)


Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España



“Das el placer,
oh puta redentora del mundo,
y no pides nada a cambio
sino unas monedas miserables…”
JAIME SABINES


Hoy la muerte alucina mi presencia,
tenerme tan cerca de ella le dio mi recuerdo,
y me desea junto a ella esta noche
como queriendo ser fornicada.


Hoy la muerte quiere probarme una vez más,
me ha dado cigarro, vino, violencia;
llamando mi atención perturbadoramente,
como perra en celo.


Hoy la muerte acaricia mis manos,
como aquella puta,
que no ha ganado ni un peso
en toda una noche de lluvia.


Hoy esa muerte se enamoró de mí,
me ansía como un hambriento pordiosero,
como un niño abandonado,
como un político al dinero.


La he dejado tan aislada de mi carne,
que hoy reclama un bocado,
y me lo exige como si entre ella y yo
existiera un convenio mutuo.


Más no la dejaré sola,
le haré el amor y la llenaré de flores,
la trataré como mi hija pródiga
y le otorgaré un poco de mi sangre.


Prefiero darle placer a la muerte,
y mantenerla románticamente distanciada,
dejarla beberme un poco,
a su debido tiempo,
y en su debida cantidad;
para exprimir de ella
un instante de sabor a vida.

Hoy La Luna Esta Llena... (Nahuallahtolli)



Héctor Hugo Escutia Cuevas
"Sones de un Latino Promedio"
©Editorial Revista Katharsis
Toledo, España




Hoy la luna está llena,
llena de Chopin,
llena de noche, de café,
de viento que confunde su voz
con los intermitentes autos y la gente.


Hoy la luna es tuya, y también es mía,
para pensarnos,
para recordarnos
y para imaginarnos.


Yo te tomo y te beso,
te desnudo y te penetro;
tú me besas y gimes y me amas,
con ese amor húmedo que solo la luna
te puede otorgar.


Nuestros cuerpos al compás sinfónico…
Tú y yo somos un ritmo de mar,
a veces ondulante,
a veces asincrónico;
pero siempre juntos,
todo depende de nuestras caderas.


¿Es acaso mi cuarto un capullo?
Es una cálida prisión,
de la que vamos a salir hasta que se formen las alas,
y volemos juntos,
donde tú quieras,
pero volar, juntos.


Tu Luna, nuestra luna;
me invita al amor,
me invita a penetrarte,
me invita a dormir cansado en tu espalda llena de sudor,
y a soñarte…
y a imaginarte.


Esta noche sabes como un higo,
dulce, fino, fresco…
esta noche tu piel es musgo,
terso, móvil con el mínimo aire
y que huele a hierba;
esta noche eres de mármol blanco y pulido,
que voy calentado poco a poco,
mientras mi mano recorre la forma,
mientras mi mano se detiene,
a irradiar su calor.


Hoy la luna está llena,
llena de Chopin,
y llena de una sola cosa…
imaginación.