lunes, 30 de mayo de 2011

Ixtac Octli (Cuecuechcuícatl)





Mayáhuel, en tí reside mi tradición,
entre tus venas mi sangre circula;
embriagante señal de mi nación,
que cualquier sufrimiento cura.


A nuestra tierra fértil bajaste,
queriendo los placeres probar,
y en planta azul te enmascaraste
para el amor sagrado degustar.


De tus restos los magueyes crecieron,
de tu jugo mi pueblo bebió;
tu pulque blanco los niños tuvieron,
y nuestra cultura así floreció.


En tu santuario se aloja la mexicanía
por miles de años fermentada;
semilla azteca de pura sabiduría,
a través del tiempo conservada.


Cuando nuestra raza se siente caída
y la desgracia al ser aqueja,
consumimos tu aguamiel de vida,
que dulcemente, la pena aleja.


Sacerdotes, políticos, campesinos;
héroes, mártires y caudillos,
sin miedo alguno te han bebido,
y ellos,  prefirieron igual que yo,
tu pulque blanco a un insípido vino.


De tus raíces han nacido revoluciones,
independencias y manifestaciones,
decenas de gobiernos corruptos
así como folclóricas canciones.


Sólo nos queda decir:
¡Un curado para este guitarrero!
que tu sabor espeso reclama,
¡sírvaselo usted, mi humilde jicarero!
conocedor de la musical jornada.


Más si tu leyenda algún día acaba,
y en el tiempo queda borrada,
espero que no sea durante mi tocada,
porqué, en ese preciso momento,
me terminará llevando la chingada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario